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Ideas para familias: niños con gafas de sol

Diez ideas veraniegas para familias

6 minutos de lectura

1. Abajo o arriba

¿Hastiado del calor del verano? Entonces una excursión familiar a una cueva podría ser el plan perfecto. Suban lo que suban las temperaturas en el exterior, las cuevas mantienen una temperatura estable todo el año, que suele oscilar entre los 8 y los 15 grados. Desde estalactitas y estalagmitas hasta ríos subterráneos y fascinantes formaciones rocosas, las maravillas naturales de una cueva son impresionantes.

 

Si bajar a las profundidades de la tierra te da un poco de claustrofobia, otra idea es subir a las alturas. Una excursión familiar a las montañas es una gran experiencia en la naturaleza y una forma agradable de refrescarse al aire libre. Por cada 100 metro de altitud, la temperatura desciende aproximadamente 1 grado, siempre que el aire sea seco. Infórmate con anticipación sobre el lugar al que vas y busca específicamente caminatas aptas para peques. Si sales temprano, puedes esperar aire fresco de montaña y caminos desiertos. ¡Asegúrate de llevar protección solar y suficiente agua!

Niñas haciendo trekking

2. Escribe una postal

¿Crees que solo se pueden enviar postales desde el extranjero? ¡Dale una vuelta a esa idea!

 

Los peques pueden enviar postales a sus amigos, abuelos, tíos o primos desde casa. Con sus propios dibujos en el frente y frases cariñosas por detrás, seguro que alegrarán el día de quien las reciba.

Dos niños leyendo

3. Juegos cortos para viajes largos

El verano es tiempo de vacaciones. Ya sea en tren, coche o avión: cuanto más largo sea el viaje, más insistente (y estresante) se vuelve la pregunta: «¿Cuándo llegamos?».

 

Los viajes largos con niños pueden ser un verdadero desafío. Cuando llega el momento en que ya no les interesa la pantalla, se acaban los bocadillos y el cuaderno para colorear está lleno, los pequeños juegos de adivinanzas pueden aportar algo de variedad y entretenimiento.

 

Un juego de adivinanzas sencillo para esos ratos es el «adivina el animal». Las reglas son simples: una persona elige un animal. Los demás intentan adivinar el animal haciendo preguntas cerradas, que solo se pueden responder con «sí» o «no». Si adivinaste el animal, puedes ser el siguiente en elegir uno.

Niños en un viaje en coche

Nuestros dos libros de busca y encuentra también pueden ser grande compañeros para viajes largos. En Mi viaje alrededor de Europa y Mi viaje alrededor del mundo, el peque descubrirá curiosidades de varias culturas, ciudades y entornos naturales. En cada página, tendrá que encontrarse a sí mismo, varios objetos típicos y descifrar un mensaje secreto. ¡Cuando están entretenidos el tiempo vuela!

4. Plantar berros

Sin mucha preparación ni materiales, el plantar berros ofrece una oportunidad divertida para un pequeño experimento de jardinería, ¡incluso sin jardín!

 

Las semillas de berros son muy baratas y crecen maravillosamente sobre algodón húmedo o tierra en un recipiente plano. En pocos días, el peque puede observar cómo crecen y cosecharlas. Los berros hacen un relleno riquísimo para sándwiches cuando se mezclan con huevos cocidos y un poco de mayonesa.

5. Tentempiés frescos para los días calurosos de verano

Cuando las temperaturas se disparan, la ingesta de vitaminas y líquidos se convierte en una prioridad aún mayor de lo normal. Para convertir esto en una actividad divertida, ¿por qué no planificar un viaje familiar a una granja donde se puedan recolectar frutas y verduras? En casa, la cosecha se puede transformar en pequeñas obras de arte culinarias con un poco de habilidad y creatividad. ¿Qué tal unos deliciosos ratones de fresa, por ejemplo?

6. Un paseo por el mundo de los libros ilustrados

Como Bette A. Stevens dijo una vez: «Los libros son como alfombras mágicas que nos llevan a lugares reales e imaginarios que nunca pensamos que fueran posibles».

En la comodidad de tu casa, rodeado de vuestros libros favoritos, el calor puede pasar a un segundo plano por un rato.

Nuestros libros de busca y encuentra transportan a los peques a lugares maravillosos. En nuestro popular cuento de hadas, El árbol, la llave y yo, un niño se embarca en una emocionante aventura en el bosque. Y con Mis 100 palabras, nuestro diccionario ilustrado bilingüe, incluso pueden comenzar a aprender el idioma de su próximo destino de vacaciones de una manera divertida y entretenida.

7. Refréscate con un pingüino hecho a mano

Nuestro pingüino casero te refrescará solo con mirarlo. Coge algo de papel, un rollo de papel higiénico, una barra de pegamento, tijeras, bolígrafos y ¡nada podrá interponerse en el camino de la diversión de hacer manualidades!

8. Vive una aventura en el bosque

Las posibilidades de divertirse mientras juegas en un bosque son prácticamente ilimitadas. Pícnics, construcción de cabañas o de muñecos de piedra, paseos en bicicleta, creación de dibujos con hojas y otros materiales naturales, fabricación de casas de hadas… ¡¿A quién no le gustaría todo esto?!

 

Pasar tiempo de calidad en familia en un bosque con grandes sombras, es una excursión de verano que vale la pena. No solo es gratis, sino que tienes la ventaja adicional de tener aire acondicionado natural incluido.

9. ¡Chap, chap! El agua es diversión asegurada

Pintar con agua es al mismo tiempo divertido y fácil para los más peques. Con o sin pincel, los niños pueden pintar sobre el suelo o la mesa del jardín caliente y ver cómo su obra desaparece como por arte de magia. ¡Es fascinante!

 

¿O qué tal una carrera de obstáculos con agua? ¡Un juego popular para una fiesta de verano! Primero se prepara una pista. Se coloca un cubo lleno en un extremo de la pista, y en el otro un cubo vacío. Se forman dos grupos, cada participante con un vaso y ¡comienza el juego! El objetivo es pasar el agua de un cubo al otro corriendo por la pista. El grupo que pierda menos agua por el camino, ¡se proclama vencedor!

10. Hielo, mucho hielo

Las actividades de verano con hielo son tan divertidas como los juegos acuáticos. Prueba con la búsqueda del tesoro helada, los niños se convierten en pequeños exploradores polares. La noche anterior, congela objetos pequeños, como animales de plástico, en recipientes llenos de agua (por ejemplo, vasos de yogur). Después, saca los bloques de hielo del recipiente y haz que los peques los examinen con atención. ¿Reconocen los objetos? Ese el momento de recuperar el tesoro del hielo: ¡hay que ser creativos!

 

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