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desarrollo del lenguaje infantil: los padres juegas con su hija

Hitos en el desarrollo del lenguaje de un niño

6 minutos de lectura

Hitos en el Desarrollo del lenguaje

¿Cuándo se desarrolla el lenguaje en los peques? ¿En qué momento deberían decir sus primeras palabras?

 

Cada niño tiene su propio ritmo.

Cuando consideramos todo lo que un niño logra en los primeros años de vida, ¡resulta casi un milagro! No sólo comienzan a adquirir sus primeras habilidades motoras, sino que también se enfrentan a una de las tareas más complejas de todo su desarrollo: la adquisición del lenguaje.[1] Así como el desarrollo motor varía de un niño a otro, también varía el desarrollo del lenguaje. Algunos niños empiezan a pronunciar palabras hacia el final del primer año, mientras que otros pueden tardar hasta los tres años. [2]

 

El desarrollo del lenguaje en pocas palabras

Para un buen desarrollo del lenguaje, la relación con los cuidadores es el requisito básico más importante. Los niños quieren establecer relaciones con sus cuidadores, comunicarse con ellos y aprender su idioma. Por lo tanto, estos cuidadores son los primeros modelos lingüísticos y pueden tener una influencia importante en el desarrollo del lenguaje del niño.

 

¡Los bebés aprenden el lenguaje incluso antes de nacer! En el útero, pueden distinguir voces y sonidos humanos, preparando el escenario para la comunicación futura. Después del nacimiento, llorar no se trata sólo de necesidades, ¡es un entrenamiento vocal! Esta práctica temprana ayuda a los bebés a explorar los sonidos y prepararse para el habla. [3] Incluso esos adorables ruiditos, risas y balbuceos no son sólo sonidos divertidos. Son cruciales para desarrollar los componentes básicos del lenguaje: vocales y consonantes.[4]

 

Alrededor de los 3-6 meses, entran en la primera fase de balbuceos, ¡donde quedan cautivados por los sonidos vocales! Este es el momento perfecto para hablar, cantar y recitar rimas con tu pequeño. [5]

En la segunda fase del balbuceo (alrededor de los 6 a 10 meses), el niño forma sus primeras cadenas sonoras: «ta»
se encadena para formar «ta-ta-ta».[6]  A partir de ahora, el bebé empieza a balbucear alegremente con la familia utilizando estos sonidos.[7]  Imita los sonidos del entorno y desarrolla su primera comprensión del lenguaje: el bebé comprende lentamente palabras individuales de la vida diaria (por ejemplo, «chupete» o «biberón»).

 

Hacia el final del primer año, el niño comienza a conocer los nombres de personas y objetos cotidianos. Poco a poco aprenden a delimitar el significado de las palabras: actividades diarias como «comer» y «dormir» tienen un significado cada vez más concreto.[8]

 

En los siguientes meses, serás testigo de cambios sorprendentes. Tu peque está descubriendo lo que realmente significan las palabras y cada día es más preciso. También está prestando más atención y está listo para seguir instrucciones sencillas como «¡Coge el zapato!» ¡Lo mejor de todo es que los libros ilustrados se convierten en experiencias interactivas! Empezará a señalar objetos para los que reconoce el nombre.

 

Alrededor de los dos años, una vez que sabe unas 50 palabras, sucede algo mágico: ¡sus habilidades lingüísticas despegan! Durante los próximos tres años, su vocabulario crecerá a un ritmo increíble.[9]

 

Entre las edades de dos y cinco años, el vocabulario se disparará. ¡Aprenderá miles de palabras nuevas y aumentará sus conocimientos todos los días! Pronto, esas preciosas primeras palabras se convierten en oraciones simples. Incluso con algunas pronunciaciones erróneas divertidas, su curiosidad por el mundo crece junto con su capacidad de preguntar sobre él. Prepárate para conversaciones más profundas a medida que comprenda los conceptos básicos de la gramática y construyan oraciones más complejas.[10]

Entre los cinco y seis años, el desarrollo del lenguaje del niño está prácticamente completo, puede relatar historias, contar experiencias y repetir lo que ha oído. A partir de ahora, la narrativa se vuelve cada vez más consistente y comprensible. Entre los seis y los siete años, el niño proporciona información general sobre el tiempo, el lugar y las personas involucradas. La conversación se vuelve cada vez más comprensible debido a su estructura lineal.[11] Durante este tiempo, los peques también empiezan a tomar conciencia de los múltiples significados de las palabras.[12] A partir de los ocho y nueve años, los niños comprenden que las palabras y frases también pueden usarse de forma irónica o sarcástica, y así aprenden a utilizar la ironía y el sarcasmo ellos mismos.[13]

¡Qué logro tan extraordinario!

¡La tartamudez temporal es parte del proceso!

Si tu peque falla al hablar, al principio no es motivo de preocupación. La tartamudez temporal es parte del desarrollo normal del habla. Más del 50% suelen tartamudear entre las edades de los 2,5 y 4 años.[14] Formar frases de forma independiente, buscar palabras y ordenarlas puede ser un gran reto para ellos. También hay que recordar que la comprensión del lenguaje por parte de un niño es siempre algo más avanzada que su capacidad para expresarse.

En la mayoría de los casos, esta tartamudez sólo dura unas pocas semanas; rara vez dura más de seis meses. [15] Durante este tiempo, los padres y cuidadores deben tener paciencia con ellos. Para evitar que se desanime y la tartamudez empeore, los padres y cuidadores no deben dejar que repita frases, sino sólo confirmar el contenido de lo que dice. Sin embargo, si la tartamudez persiste más allá de los seis meses, es recomendable consultar a un especialista.[16]

Puedes encontrar más datos interesantes sobre el desarrollo del lenguaje en los niños en este artículo del blog aquí.

Nuestro libro ilustrado de las palabras

Nuestro libro, Mis 100 palabras, es un homenaje al increíble mundo de las palabras. El libro hace que el peque viaje a través de las estaciones. De una manera lúdica, los niños pueden explorar objetos, colores y muchos más conceptos. Nuestro libro ilustrado está diseñado para permitir a los niños ampliar su vocabulario con facilidad y alegría.

 

Las coloridas ilustraciones ayudan a los peques a recordar cada palabra más rápido, porque incluso los niños más pequeños pueden decodificar y asimilar imágenes de forma intuitiva. Si las imágenes se combinan con palabras nuevas, forman una unidad para puedan procesar y memorizar aún más rápido.[16]

 

¡Un libro maravilloso para ampliar fácilmente el vocabulario!

Fuente:

[1] vgl. Dittmann 2010: 9.

[2] vgl. Largo 2007: 389f.; 367.

[3] vgl. Largo 2007: 377ff.; vgl. auch Tracy 2007: 67; vgl. auch Pauli/Bickes 2009: 49ff.

[4] vgl. Sachse et al. 2020: 16ff.

[5] vgl. Largo 2007: 383. 

[6] vgl. Largo 2007: 386.

[7] vgl. Largo 2007: 378ff.

[8] vgl. Largo 2007: 389f.

[9] vgl. Largo 2007: 401f.

[10] vgl. Largo 2007: 403.

[11] vgl. Reese et al. 1993: 425ff.

[12] vgl. Ely/McCabe 1994: 30ff.

[13] vgl. Glenright/Pexman 2010: 447ff. 

[14] vgl. Largo 2007: 414.

[15] vgl. Largo 2007: 412.

[16] vgl. Largo 2007: 413.

Dittmann, J.: Der Spracherwerb des Kindes. Verlauf und Störungen. 3. vollständig überarb. Aufl. München (2010).

Ely, R. und McCabe, A.: The language play of kindergarten children. In: First Language 14 (1994): 19-35. 

Glenright, M. und Pexman, P. M.: Development of children’s ability to distinguish sarcasm and verbal irony. In: Journal of Child Language 37 (2010): 429-451.

Largo, R. H: Babyjahre. Entwicklung und Erziehung in den ersten vier Jahren. München (2007).

Pauli, U. and Bickes, H.: Erst- und Zweitspracherwerb. Stuttgart (2009).

Reese, E. et al.: Mother-Child Conversations About the Past: Relationships of Style and Memory over Time. In: Cognitive Development 8 (1993): 403-430.

Tracy, R.: Wie Kinder Sprachen lernen, und wie wir sie dabei unterstützen können. Tübingen (2007).