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Por qué no nos gusta hablar de que plantamos árboles. Aunque hemos plantado 100.000

8 minutos de lectura

¿Puede haber algo como demasiada filantropía?

“¿Estás obligado a hacer una cantidad específica de cosas buenas? Hacerlas casi te puede hacer parecer culpable, como si estuvieras escondiendo algo.”

 

En 2018, estábamos sentados con nuestro coach que nos acompañaba en el lanzamiento de Librio, intentando definir nuestros valores en una frase que no fuera un trabalenguas.

 

Esto es lo que teníamos:

“Imprimimos nuestros productos en papel 100% reciclado y donamos un libro por cada libro vendido y plantamos un árbol cada vez que creamos un producto.”

 

No sonaba muy convincente. Y él tenía razón cuando nos decía que, aunque suene perverso, sonaba como que hacíamos demasiadas cosas buenas.

 

Y esto nos hizo pensar: ¿cómo es posible que una compañía pueda hacer “demasiadas” cosas buenas?

Empieza pensando el porqué

 

Como dice Simon Sinek, cómo y qué haces no es tan importante como por qué lo haces.

 

Así que, ¿por qué Librio hace cosas buenas?

 

  1. ¿Es simplemente un truco de publicidad para incitar a los clientes a que compren?

Sería injusto dar un ejemplo de una sola empresa en este apartado, porque hay muchas del estilo “compra uno / te regalamos uno”, que no apoyan precisamente causas transparentes y que en muchos casos hacen más mal que bien.

 

  1. ¿Es porque nos sentimos culpables y queremos encubrir algo?

He aquí los programas de RSC (Responsabilidad Social Corporativa) de las compañías de tabaco y petróleo.

 

  1. ¿Es porque hacemos productos que tendrán un impacto directo en un área determinada si los compras?

Por ejemplo, alimentos orgánicos de origen local.

 

  1. ¿Es porque fundamos Librio para apoyar una causa concreta?

Por ejemplo, TOMS se fundó con el objetivo de donar zapatos a los niños en Argentina a los que el fundador había visto de primera mano sin calzado durante una visita al país.

 

  1. ¿Es porque sentimos que es el deber de cualquier compañía que haga negocios hoy en día funcionar de una forma sostenible y con visión de futuro?

Sí.

 

Fundamos Librio para crear libros preciosos para nuestros niños, para crear productos que nosotros también querríamos comprar.

 

Plantear el negocio de una forma que mejorara el mundo que esos niños un día heredarían fue un componente esencial desde el primer momento, pero no fue el motivo inicial por que el creamos Librio.

Librio - Mas que un libro

Más que un libro

 

Una vez que aclaramos el porqué, pudimos simplificar el mensaje.

 

No queríamos decir “Compra nuestros libros porque plantamos árboles” o “Compra nuestros libros porque están impresos en papel 100% reciclado” o “Compra nuestros libros porque donamos libros”, porque esos motivos no explican el porqué de la existencia de Librio.

 

Sí queríamos decir “Compra nuestros libros porque creemos que son fabulosos”. Y si quieres saber más sobre cómo los fabricamos o qué causas apoyamos, te daremos esa información, pero esos no son los motivos principales para comprar nuestros productos.

 

Así que, en lugar de resumir nuestros valores en una frase concisa que explicara todo lo bueno que hacemos, nos quedamos con la frase “Más que un libro”. Esta engloba la forma en que fabricamos nuestros productos y las causas que apoyamos en una frase abstracta sin sonar rimbombante.

 

Finalmente, y volviendo a nuestra pregunta inicial, si no estamos haciendo cosas buenas para convencer a las personas que compren nuestros productos, entonces la respuesta a cuántas cosas buenas debemos hacer nunca será “demasiadas”. Solo puede ser “tanto como nos sea posible”.

Librio 100000

Qué significan realmente los compromisos asumidos por Librio

 

De alguna forma parece un poco falso decir “Hemos decidido no hablar mucho sobre todas las cosas buenas que hacemos” y luego escribir una entrada de 1.500 palabras sobre ello, pero nos parece que hay ciertos momentos en los que es oportuno explicar lo que hacemos un poco más en profundidad.

 

Esta semana alcanzamos la cifra de 100.000 libros vendidos, lo que significa que hemos plantado 100.000 árboles y hemos donado 100.000 libros. Esto nos hace sentir increíblemente orgullosos y creemos que llegados a este punto es un buen momento para reflexionar sobre qué significan estos números.

 

En un mundo en el que cada compañía debe tener un lado “verde” o “social”, para los clientes es muy difícil distinguir entre aquellas compañías que realmente quieren aportar algo genuino y aquellas que están haciendo un “lavado de imagen verde” con el fin de marcar la casilla de RSC en la columna de relaciones públicas.

 

En Librio siempre buscamos una transparencia total en nuestra comunicación, así que no decimos que “donamos un 10% de nuestros beneficios a acciones benéficas”, porque esos beneficios podrían manipularse al alza o a la baja según nos interesara.

 

Incluso términos aparentemente concretos como “Plantamos un árbol” o “Donamos un libro” pueden llegar a ser algo confusos. ¿Qué quieren decir exactamente? ¿Librio planta los árboles? ¿Entregamos nosotros mismos los libros a los niños en Camboya?

Librio Charity Partners - Room To Read - Trees for the future

En realidad, todo esto significa lo siguiente:

Para donar un libro a través de Room to Read, donamos $1 por cada libro que creamos.

Para plantar un árbol a través de Trees for the Future, donamos $0,10 por cada libro que creamos.

 

Esto quiere decir que, al haber vendido 100.000 libros, hemos donado la enorme suma de $110.000 a nuestros socios.

 

Pero nos seguimos planteando la siguiente pregunta: “Plantar un árbol o donar un libro, ¿de verdad le cuesta eso a nuestros socios?”

 

La respuesta es “sí”, “no”, “a lo mejor”. Ambos son dos entidades benéficas con décadas de experiencia y cientos de millones de dólares captados a través de donaciones. Son inspeccionadas regularmente por las altas autoridades financieras de Estados Unidos y están muy bien valoradas por la organización independiente Charity Navigator, así que tenemos suficientes razones para creer que sus afirmaciones son ciertas. Está claro que su experiencia y red de contactos les permite hacer el trabajo de una forma mucho más eficiente que si lo intentáramos hacer nosotros mismos.

 

De hecho, los números concretos no son tan importantes como el impacto que tienen esas donaciones, y precisamente elegimos estos dos socios porque no buscan simplemente marcar una casilla. De nuevo, todo empieza por el porqué. ¿Existen estas entidades para facilitar a empresas como la nuestra el que podamos tachar la casilla de donaciones? ¿O buscan mejorar la vida de aquellos que están apoyando?

 

En ambos casos, ambas entidades a las que donamos tienen programas con un enfoque holístico y se aseguran de que cada donación tenga el mayor impacto y más duradero posible.

 

Room to Read no solo dona libros, lo hacen como parte de un programa a nivel gubernamental cuyo objetivo es aumentar la alfabetización de los niños logrando que se mantengan escolarizados.

 

Trees for the Future no solo planta árboles, lo hacen como parte de un programa forestal más amplio de agricultura regenerativa, que permite a las comunidades locales labrar su independencia.

Entonces, ¿por qué no nos gusta hablar sobre la plantación de árboles?

 

Desde que fundamos Librio en 2017, hemos visto cada vez más y más campañas de comunicación en las redes sociales del estilo de “Por cada X, plantamos un árbol”, “La botella de agua que planta árboles”, “El calcetín que planta árboles”, “La motosierra que planta árboles”. Algunas empresas incluso tienen árboles en su logo porque es una parte fundamental de sus mensajes.

 

No nos malinterpretes. Cada árbol plantado (correctamente) es un logro, sobre todo cuando es una de las formas más efectivas de lucha contra el cambio climático, y algunas de esas compañías, como 10tree han conseguido un cambio extraordinario (43 millones de árboles plantados hasta la fecha).

 

Sin embargo, aunque a muchas e incluso a la mayoría de ellas les impulsan unos objetivos honestos, sabemos que plantar un árbol “solo” cuesta $0,10 y no nos convence que esto sea un nivel de compromiso suficientemente importante a la hora de comprar un producto que no tenga otras cualidades excelentes. Hay productos de inferior calidad que se fabrican de forma no sostenible, pero que te animan a comprar porque plantan un árbol con cada compra. Y resulta que ese árbol lo plantan de una forma nada beneficiosa para el medioambiente.

 

Con tanta proliferación de plantación de árboles, nos preocupa que este mensaje llegue a cansar al consumidor y que incluso lo interpreten de una forma cínica, por eso preferimos mantener un nivel de comunicación discreto sobre este tema y seguir donando en un segundo plano.

 

Nuestro mensaje a otras compañías no es que dejen de plantar árboles (algo que incluso nosotros nos hemos llegado a plantear al ser algo sobre lo que no íbamos a hablar), sino que lo hagan porque sinceramente reconocen que es lo correcto y no porque se convierte en el argumento principal de venta de sus productos.

 

Y que tampoco lo hagan para compensar el carbono emitido por la fabricación de sus productos si para empezar no los están fabricando de la forma más sostenible posible. La compensación de carbono daría para otra entrada completa en este blog, pero nos permite finalizar esta con una de nuestras citas favoritas de la comediante alemana Monika Gruber:

 

“La compensación de carbono es como darle una paliza a alguien y después pagarle la consulta del médico.”

 

Si quieres saber más sobre las organizaciones benéficas que apoyamos y cómo funcionan, tienes más información en los siguientes links:

Room to Read

Trees for the Future

 

También puedes conocer lo entretenido que fue buscar el mejor papel reciclado para nuestros productos cuando cerró el mayor fabricante de Europa en 2019.

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